El Congreso de los Diputados ha rechazado este jueves la ratificación del Tratado de Amistad y Cooperación entre España y Francia. El acuerdo, firmado en enero de 2023 por Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, aspiraba a elevar la relación bilateral al máximo nivel estratégico, pero se ha encontrado con la oposición del PP, Vox y la abstención de Junts y Podemos.
El tratado, rubricado en Barcelona hace más de un año, fue presentado como un hito histórico en las relaciones entre ambos países, comparable al Tratado del Elíseo que desde 1963 articula la alianza franco-alemana. El objetivo era consolidar un marco estable y duradero de colaboración en todos los ámbitos, desde la política exterior y la defensa hasta la economía, la energía, la cultura, la migración o la cooperación transfronteriza.
La votación en el Congreso, sin embargo, ha frustrado su entrada en vigor formal en España, pese a que el Gobierno había defendido el acuerdo como una herramienta clave para fortalecer el eje hispano-francés en la Unión Europea y responder de manera conjunta a desafíos globales como la guerra en Ucrania, la crisis energética o la transición ecológica.
Un tratado amplio, ambicioso y estratégico
El Tratado de Amistad y Cooperación entre España y Francia consta de 36 artículos y aborda de manera integral todos los ámbitos de la relación bilateral. Entre sus principales compromisos destacan:
- Cumbres bilaterales anuales, alternando las sedes en ambos países, con participación de los presidentes y miembros de sus gobiernos.
- Creación de grupos de trabajo especializados en migración, defensa, seguridad, antiterrorismo y asuntos fronterizos.
- Refuerzo de la cooperación en defensa europea, la lucha contra el terrorismo y la delincuencia organizada, así como el impulso de proyectos industriales y energéticos conjuntos, como el corredor de hidrógeno verde H2Med.
- Apuesta decidida por la cooperación transfronteriza en los Pirineos, la preservación del medio ambiente y el impulso de infraestructuras y servicios públicos compartidos.
- Fomento de intercambios culturales, educativos y de juventud, promoviendo la movilidad y el aprendizaje mutuo.
El tratado también formaliza la mutua asistencia en caso de agresión militar en virtud del artículo 42.7 del Tratado de la Unión Europea y del artículo 5 de la OTAN.
Rechazo en clave política
El rechazo del Congreso refleja la creciente polarización política en España. PP y Vox han votado en contra al considerar que el acuerdo supone una cesión de soberanía, especialmente en ámbitos como la defensa y la política migratoria. Junts y Podemos, por su parte, se han abstenido, esgrimiendo dudas sobre las implicaciones del tratado en cuestiones de derechos sociales y medioambientales.
La caída de este tratado, que ya había sido ratificado por Francia, supone un revés diplomático para el Ejecutivo español, que había presentado el acuerdo como un instrumento fundamental para reforzar su influencia en Europa y consolidar el eje París-Madrid.
El Gobierno ha lamentado la falta de apoyo parlamentario y ha acusado a la oposición de actuar por «intereses partidistas» en un momento de especial tensión internacional, cuando la UE busca reforzar sus alianzas estratégicas frente a desafíos como Rusia, China o la crisis energética global.
Contexto europeo y consecuencias
Aunque el tratado no entrará en vigor formalmente en España, muchos de sus mecanismos ya funcionaban de manera operativa mediante acuerdos bilaterales y marcos europeos existentes. No obstante, la falta de ratificación dificulta consolidar compromisos estables en áreas clave como la cooperación militar, energética y fronteriza, donde la coordinación entre Madrid y París es esencial para la estabilidad del sur de Europa y el Mediterráneo.
Además, el rechazo parlamentario envía una señal negativa a Bruselas en pleno debate sobre la autonomía estratégica europea y la necesidad de reforzar alianzas internas en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas.